El aborto en 2020

El aborto

¿Qué es?

El aborto consiste en la interrupción prematura del embarazo de manera voluntaria o natural. Sea cual sea la causa, el aborto finaliza con la expulsión del feto vía vaginal.

Métodos de aborto

Aborto natural: este tipo de aborto no se da de manera intencionada, sino a causa de una serie de complicaciones en la madre o en el feto. Sucede durante las 12 primeras semanas de gestación y no es necesario realizar ningún tipo de intervención quirúrgica. La tasa de aborto natural ronda entre un 15-20% de las mujeres embarazadas. Las principales causas son:

  • Problemas en los cromosomas:
  • Diabetes no controlada.
  • Anomalías en los niveles hormonales.
  • Incompetencia del cuello uterino.
  • Utilización de algunos medicamentos.
  • Infecciones.
  • Obesidad.
  • Problemas físicos en los órganos reproductores de la madre.
  • La edad.

Los abortos naturales son más comunes de lo que se cree popularmente. Solo en Estados Unidos se producen casi un millón de abortos al año.

Algunos síntomas del aborto natural son:

  • Dolor abdominal.
  • Lumbalgia.
  • Cólicos.
  • Sangrados vaginales.

Si el aborto sucede durante las primeras semanas, normalmente el tejido se expulsa por la vagina de forma natural sin necesidad de intervención. En el caso contrario, se puede precisar de una cirugía como el legrado o medicamentos para terminar de expulsar los restos que queden en el útero. Esto es lo que se conoce como un aborto séptico y debe tratarse rápidamente ya que de lo contrario puede provocar infecciones, fiebre, sangrado vaginal, cólicos o flujo vaginal fétido.

Muerte fetal: cuando el aborto sucede después de las 20 semanas de gestación se conoce con el nombre de muerte fetal. En estos casos es necesario realizar una intervención quirúrgica para extraer el feto del útero. Algunos síntomas son:

  • Menor movimiento del bebé.
  • Espasmos.
  • Dolores en la pelvis, la espalda o el vientre.

Algunos factores que pueden aumentar la probabilidad de que esto ocurra son:

  • Tabaquismo.
  • Hipertensión arterial.
  • Diabetes.
  • Preclampsia o eclampsia.
  • Enfermedades infecciosas.
  • Anomalías congénitas graves.
  • Posmadurez o lupus. 

Aborto provocado: es aquel que se realiza por voluntad propia de la madre. Hay dos maneras de interrumpir el embarazo:

  1. Aborto médico: se toma un fármaco para interrumpir el embarazo. Se puede llevar a cabo durante las nueve primeras semanas de embarazado. El fármaco más común es la mifepristona, una hormona que bloquea la progesterona. Este y otros medicamentos se toman durante tres sesiones en una clínica bajo la supervisión de un médico, y pueden surgir algunos sangrados vaginales a causa de los medicamentos. Otros efectos de este tratamiento son cólicos, diarrea o malestar estomacal, y en raras ocasiones, fiebre alta. El aborto médico tiene una efectividad aproximada del 97 por ciento.
  2. Aborto quirúrgico: se realiza una cirugía para extraer el feto. Existen dos métodos de aborto quirúrgico:
    • Aspiración con vacío manual: se puede llevar a cabo durante las 12 primeras semanas de gestación y consiste en la extracción de todo el tejido que contiene el útero, utilizando un instrumento succionador de manera manual.
    • Dilatación y evacuación: se puede realizar tras el primer mes de embarazo pero siempre antes de la semana 13. Consiste en la extracción del tejido que reviste el útero, pero se realiza a través de una máquina.

En ambos casos, se dilata el cuello del útero y se introduce un tubo a través del cual se succiona todo aquello a eliminar para completar el aborto. Tras esta operación pueden surgir algunos sangrados así como cólicos menstruales. La efectividad del aborto quirúrgico es cercana al 100 por cien.

Después de un aborto

Una vez el aborto se ha llevado a cabo, se suele realizar un examen ginecológico para determinar si queda tejido fetal en el útero. Además se estudia si los restos expulsados correspondían a un feto o a una mola hidatiforme, una masa de células que son el resultado de un óvulo no desarrollado correctamente. En caso de que queden restos, se recurre a un legrado. Una vez pasadas tres o cuatros semanas tras el aborto el ciclo menstrual vuelve a la normalidad.

Al cabo de las tres o cuatro semanas de haber sufrido un aborto, el ciclo menstrual vuelve a la normalidad.

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