Rabietas

Las rabietas pueden ser frustrante para cualquier padre, pero en vez de tomárselo como algo negativo seria mejor verlo como una oportunidad para aprender y educar.
¿Qué son?
Las rabietas son comportamientos emocionales desagradables. A menudo se presentan para dar respuesta a deseos o necesidades que no se satisfacen. Generalmente se dan en niños pequeños con edades comprendidas entre o en y 3 años o en personas que no pueden expresar sus necesidades o controlas sus emociones cuando se siente frustrado.
Las rabietas se caracterizan por: llantos hasta los gritos, chillidos, patadas, golpes y aguantarse la respiración. No todos los niños tienen porque tener rabietas. Es cierto que hay algunos niños que tienen rabietas a menudo para salirse con la suya y conseguir lo que quieren. Las rabietas son una etapa «normal» en el desarrollo del niño.
¿En qué momento se dan las rabietas?
A menudo las rabietas ocurren cuando un niño esta cansado, tiene hambre o están incómodos por algo. Además pueden ocurrir cuando se encaprichan con algo y lo quieren conseguir de la manera que sea. Aprender a controlar la frustración es una habilidad que los niños van consiguiendo a lo largo del tiempo.
Las rabietas son más frecuentes durante el segundo año de la vida, cuando los niños están empezando a desarrollar la capacidad de hablar. A medida que van mejorando en sus habilidades lingüísticas, las rabietas tienden a disminuir o desaparecer.
Cómo evitar las rabietas:
En la medida en que le sea posible, trate de evitar las rabietas. A continuación le damos una serie de pautas:
- Dedique a su hijo mucha atención positiva: valore cuando su hijo se porte bien y recompenselo prestandole atención.
- Conceda a su hijo cierto control sobre cosas pequeñas. Permítale hacer elecciones de poca importancia como por ejemplo darle a elegir entre dos bebidas o ponerse una camiseta u otra.
- Mantenga los objetos prohibidos fuera de la vista y del alcance de su hijo. Esto reducirá las probabilidades de que luche por alcanzarlos.
- Distraiga a su hijo. Busque una nueva actividad que sustituya a la actividad frustrante o prohibida. Limítese a cambiar de ambiente.
- Ayude a su hijo a aprender nuevas habilidades y a tener éxito. Ayude a su hijo a prender a hacer cosas nuevas. Refuerce lo que es capaz de hacer por si solo para que se sienta orgulloso.
- Cuando su hijo le pida algo, considere atentamente su petición. Todo se puede negociar, pero tiene que entender que no siempre conseguirá lo que quiere y por ello no tiene que frustrase.
- Conozca los límites de su hijo. Si sabe que su hijo está cansado, no es el mejor momento para ir al supermercado ni para hacer a toda prisa el último recado.
¿Cómo afrontar una rabieta?
Cuando su hijo tenga una rabieta intente no alterarse y este calmado. No convierta la rabieta en un problema mayor son su propia frustración. Recuerde que su papel es el de ayudar a su hijo a que aprenda a calmarse. En función de cual sea la causa de la rabieta se deberá manejar de una manera u otra. A veces con solo consolar a su hijo sera suficiente. En cambio otras veces sera necesario dialogar con el o buscar otras soluciones. Otras veces, lo mejor será ignorar la rabieta y distraer a su hijo con una actividad nueva.
Si la rabieta ocurre porque su hijo quiere llamar su atención, es mejor ignorarlo. Si la rabieta ocurre porque su hijo no puede conseguir algo que desea, mantenga la calma y no le dé muchas explicaciones sobre los motivos por los cuales no puede tener lo que desea, intente cambiar de actividad. Si la rabieta ocurre después de haberle dicho a su hijo que haga algo que él no quiere hacer, es mejor que ignore la rabieta. Pero asegúrese de que su hijo completa la tarea después de que se haya tranquilizado.
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