Los terribles dos años

Los terribles dos años

¿Qué son?

Los dos años de vida de tu hijo se caracterizan por una serie de cambios. En esta etapa el pequeño tendrá que empezar a controlar sus esfínteres, las rabietas entre otros. Además los dos años del bebé supone un cambio radical en su forma de ser, tanto es así que se la conoce como los terribles dos años. El bebé comienza a adquirir autonomía, intenta imponer sus deseos y en su vocabulario se ha instalado el ‘no’.

En esta etapa los niños recurren a estrategias desesperantes para llamar nuestra atención: llorar, berrinches, pataletas, gritos… Es posible que ni el mismo sepa que le ocurre.

Descubre los cambios que va a experimentar tu hijo y acompáñalo en esta nueva etapa.

¿Cuando comienza esta etapa?

Los terribles dos años suelen comenzar alrededor de los 18 meses. Los niños ya comienzan a llamar la atención de los padres, a medir sus fuerzas y esto se puede alargar hasta los 4 años. Es una fase normal que hay que pasar, aunque algunos niños la vivencon más intensidad que otros. 

Se caracteriza porque el bebé se muestra caprichoso, egocéntrico, tiene rabietas, se enfada con facilidad, llora para conseguir sus objetivos… Todo ello es debido a que comienza a adquirir más autonomía.

Es una fase pasajera pero que resulta desesperante y agotadora para los padres, sin embargo, sí hay ciertas actitudes y comportamientos que podemos tener con el niño para que aprenda a controlarse y esos terribles dos años sean un poco menos terribles. 

Como actuar frente a los terribles dos años

  • Establece rutinas: esto da seguridad al pequeño y le ayuda a saber que va a pasar en cada momento.
  • No respondas con violencia: ante una rabieta o mal comportamiento es conveniente mantener la calma y no alterarse para que el pequeño se relaje y se olvide de aquello que le provoco la rabieta.
  • Anticípate: antes de que se produzca una rabieta, intenta evitarla si se puede. Si conoces de antemano como se va a comportar ante determinadas situaciones intenta evitarlo.
  • Dale mucho cariño: muéstrale cariño y afecto, es necesario que los niños crezcan en un ambiente en el que haya cariño y amor.
  • Establece normas y limites: establece normas y limites fáciles y sencillos.
  • Dedícale tiempo: es necesario pasar tiempo de calidad con nuestros hijos ya que genera una relación basada en el respeto y la confianza.

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